Tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo, se abren miles de oportunidades laborales en el sector de la política remunerada, ya sea para ocupar cargos electos (más de 8.100 alcaldes, más de 66.000 concejales, diputados provinciales y diputados autonómicos), pero también altos cargos de libre designación en los ejecutivos regionales (presidentes, vicepresidentes, secretarios autonómicos o directores generales, entre otros puestos). Además, no hay que olvidar el ejército de asesores o eventuales que están en nómina en ayuntamientos, diputaciones, parlamentos regionales y en cada consejería. Y siempre quedan libres puestos en presidencias y gerencias de empresas públicas, consorcios e institutos de lo que sea. Los nombrados a dedo de toda la vida, tan necesarios para conformar equipos de confianza al margen del cuerpo de funcionarios y personal laboral, como vilipendiados.

Eso sí, las oportunidades laborales, en la mayoría de los casos, conllevan unos requisitos, como en cualquier oferta de empleo y posterior entrevista. Si bien es cierto que para ser cargo electo, incluso para ser presidente del Gobierno de España, no hace falta tener estudios superiores, para ocupar un puesto de asesor lo normal es que te pidan una licenciatura o grado en Derecho, Ciencias Políticas, Económicas, Periodismo, Marketing y Comunicación o Sociología. Es posible que para ocupar un puesto de administrativo en un grupo municipal no sea necesario, pero sí tener mínimas nociones de ofimática, manejo del ordenador y redacción con un procesador de textos. Con todo, tampoco es obligatorio y, con frecuencia, un alto porcentaje de los concejales que no salen elegidos acaban como asesores en las diputaciones.

En España, desde la restauración de la democracia, los grandes partidos políticos han usado las secciones juveniles para ir formando los 'cuadros' que tomarán el relevo de los que ahora ejercen el poder. Las Nuevas Generaciones del PP o Juventudes Socialistas del PSOE son un claro ejemplo, pero también podemos encontrar casos similares en algunas formaciones nacionalistas. El peligro radica en premiar sin mayor requisito que tener el carnet del partido a aquellos jóvenes que recién terminada la carrera, sin experiencia laboral alguna, ya sea en la empresa privada, en el negocio familiar o sin intentar preparar unas oposiciones empiezan a ocupar puestos de responsabilidad en la Administración Pública mientras viven todavía con su familia y sus madres les lavan la ropa. ¿Qué harías por un sueldo público de 2.000 o 3.000 euros brutos al mes durante cuatro años y las puertas que te abre la política? Es más fácil encontrar una colocación con el partido que trabajar en la empresa privada, ser emprendedor, montar un negocio o seguir estudiando unas oposiciones.

Chavales con 22 o 23 años sin terminar la carrera, pero ya están como concejal en su pueblo. Y si el municipio es pequeño, como mucho cobrarán dietas de asistencia, pero si la localidad tiene 10.000 o 20.000 habitantes, el sueldo público del alcalde ya es una golosina muy apetecible y es muy tentador dejar los estudios sin terminar y medrar en el partido, arrimarse al que manda, ofrecer fidelidad y mirar para otro lado cuando sea menester, esperar la oportunidad, que seguro que llegará, y luego dar el salto a la diputación, quizá como asesor, por qué no, y luego darse codazos por aparecer en los primeros puestos de la lista en la siguiente legislatura en el parlamento autonómico. Y así, hasta llegar al Congreso de los Diputados. Mamá, de mayor quiero ser político.

Garantía Juvenil

Pues bien, para evitar que los ninis y otros jóvenes acaben en política antes de hora, sin formación académica ni experiencia laboral de provecho, existe una cosa que se llama Sistema Nacional de Garantía Juvenil. A lo mejor crees que esto no va contigo, pero se lo puedes comentar a un familiar amigo o vecino que no encuentra sentido a su vida o ha descubierto su vocación. Se creó en 2014 como propuesta del Parlamento Europeo para solucionar los problemas de la juventud que ni trabajaba ni estudiaba. En 2020 este mismo Parlamento estimó necesario reforzar el sistema puesto que se trataba de un verdadero puente entre educación y empleo. Es posible que esta iniciativa esté pensada para sectores vulnerables de la población, pero puedes sorprenderte los casos de jóvenes que, teniéndolo todo, dinero y oportunidades, ni estudian ni trabajan.

Según una nota publicada esta semana en la página web del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) inscribiéndote en Garantía Juvenil formarás parte de un colectivo de más de dos millones de personas jóvenes que pueden ser destinatarios de: formación en competencias demandadas, propuestas para realizar prácticas u ofertas de empleo por cuenta propia o ajena.

Si no llegaste a terminar tus estudios, Garantía Juvenil puede ofrecerte alternativas. En esta web puedes visionar un vídeo y los pasos para inscribirte.

Para disfrutar de las ventajas de Garantía Juvenil es necesario realizar una solicitud de inscripción que puedes formalizar por Internet. En tan solo cinco minutos puedes complementar fácilmente tu solicitud de inscripción desde tu ordenador o desde el teléfono móvil y recibirás la resolución en pocos días.

Es un trámite que actualmente piden muchas empresas para contratar jóvenes menores de treinta años y necesario también para recibir algunas formaciones. También puedes consultar las ofertas publicadas para jóvenes inscritos en Garantía Juvenil así como otras informaciones que son de utilidad para la búsqueda de empleo o formación.

Si tienes dudas llama al 060 y pide “Apoyo para inscribirte en Garantía Juvenil”: directamente te pasarán con personal técnico que te acompañará durante todo el proceso. Escribe un correo a info.garantíajuvenil@sepe.es e indica en el asunto “Apoyo para inscribirse en Garantía Juvenil”: personal especializado se pondrá en contacto contigo lo antes posible, para ayudarte durante todo el proceso de inscripción.