Las secciones juveniles de los partidos políticos sirven para medrar sin pasar por la empresa privada o estudiar unas oposiciones

Mamá, de mayor quiero ser político

Hay casos para todos los gustos: desde los que han estudiado una carrera y empiezan de concejal hasta los que mienten en su currículum y se inventan una licenciatura.


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Tradicionalmente, las secciones juveniles de los partidos políticos, sobre todo, Partido Popular, PSOE y los ‘cachorros’ del PNV o la extinta CiU -los que tocaban poder durante los primeros 25 años de la democracia- han servido de plataforma para medrar en la vida con atajos. Son centenares los casos de niñatos recién licenciados, muchos de ellos en Derecho, ahora también en Ciencias Políticas, que, tras finalizar sus estudios, con 23 años, han accedido a una concejalía en el ayuntamiento de su pueblo sin tener experiencia en la empresa privada, sin haber estudiado unas oposiciones, sin tener conocimientos de idiomas y con el único mérito de ser afiliado o ser hijo de o familiar de un cargo electo histórico. En definitiva, con un currículum casi vacío. Lo peor de todo es que muchos de ellos pueden gestionar millones de euros de presupuesto de los contribuyentes mientras todavía viven en casa de sus padres y su madre les lava la ropa. Vamos, que no saben lo que es una paralela de la Agencia Tributaria o los datos necesarios para hacer una factura. En pocas palabras, de la vida real saben más bien poco.


Es cierto que muchos de esos concejales no cobran un sueldo público, la mayoría, porque el minifundismo municipal existente en España hace que una gran parte de los más de 66.000 ediles de nuestro país solo perciba dietas de asistencia a comisiones, plenos y juntas de gobierno. Encima, las restricciones se han acentuado desde la última reforma de la Administración Local que pone límites a las retribuciones de los cargos electos. Estamos hablando de entre 200 y 500 euros al mes. Y además, muchos de ellos donan una parte o toda a su partido.


NNGG Sueldos Públicos


Pero luego están los privilegiados, los que viven en ciudades grandes y medianas. Y es ahí donde está el botín. Ahí sí hay sueldos públicos. Y un capítulo especial: las dedicaciones parciales. Un concejal de una ciudad del área metropolitana de Madrid, de más de 100.000 habitantes puede cobrar más de 60.000 euros brutos al año. La dedicación parcial del 50 por ciento le deja una retribución al concejal de turno de 30.000 euros. Además de lo que cobre por su otro trabajo fuera de la política.


Hay casos para todos los gustos: desde los que han estudiado una carrera y empiezan de concejal hasta los que mienten en su currículum y se inventan una licenciatura. Luego están los que sí han trabajado algo, en la universidad, algunos meses, dando clase. Nada más y presumen en su CV de haber sido representante de los alumnos y cosas así. Hay ejemplos verídicos de CV donde el político solo refleja cargos orgánicos dentro del partido, a nivel local, regional y nacional y cargos públicos electos. Nada más. Ni un puesto de trabajo contrastado como camarero, algo de prácticas en un despacho de abogados, un trabajo en una empresa de tornillos. Algo. Nada. Y luego, los héroes de esta historia. Los que no tienen estudios superiores pero han mamado el partido desde que eran menores de edad y ahora son diputados autonómicos. Y encima presumen de ser la ‘máxima autoridad’ de su partido. ¿Recueras a Verónica Pérez?


La casta

¿Cómo definimos casta? La Real Academia de la Lengua Española nos ofrece hasta cinco acepciones sobre el término casta, pero nos quedamos con dos de ellas: desde ascendencia o linaje y grupo o clase social que tiende a permanecer separado de los demás por su raza o religión, etc.


Podemos, pero ya antes Unión Progreso y Democracia rescataron este término para hacer referencia a lo antiguo, lo casposo, lo que funciona mal en la política española. Son ese grupo de personas que lleva 20, 30 o casi 40 años en política, con privilegios blindados. Muchos de ellos han hecho carrera en sus formaciones. La mayoría de ellos tienen una historia laboral basada en cotizaciones a la Seguridad Social procedentes de sueldos de cargos públicos: diputados, senadores, diputados autonómicos, diputados provinciales, concejales y alcaldes. Pero también se acumulan en torno a este concepto altos cargos como ministros, secretarios de Estado, subsecretarios de Estado, directores generales, consejeros autonómicos y los correspondientes segundos escalones. Y no olvides los asesores o cargos de confianza para todos estos puestos. Pastar en el presupuesto público es la norma para este colectivo.


Recuerda a José Luis Rodríguez Zapatero, que durante los años 80 ya era diputado. Ha dado clases en la universidad, pero antes de llegar a La Moncloa su experiencia laboral era casi nula. Un puro producto de las Juventudes Socialistas. Llegó a cobrar más de 92.000 euros brutos al año como presidente del Gobierno hasta que en mayo de 2010 aprobó un decreto de reducción de los sueldos públicos de hasta un 15 por ciento. Su salario se redujo a 78.185 euros al año en 12 pagas. En enero, Rajoy, tras cuatro años y medio congelado, lo subió un uno por ciento.


Pero ¿cuándo podemos decir que un político es casta? No hay una cantidad de años fija para insinuar que tal político lleva demasiado tiempo en política. Es evidente que más de 15 años ya huele… O vuelves a tu trabajo en la empresa privada o te buscas la vida por otros derroteros aprovechando las relaciones cosechadas (puertas giratorias) o regresas a tu puesto de funcionario. Esa es una de las claves. Una gran parte de nuestros diputados son empleados públicos. Tienen la seguridad de que si les dan un navajazo en el partido -frecuente- o se avecina un tortazo electoral y peligra el escaño pueden volver a vivir su vida con el colchón de la nómina de su puesto, que para eso se lo ganaron en un concurso oposición.


El problema está en que algunos partidos, desde las secciones juveniles fomentan el perfil de ‘corderitos’ recién aterrizados en política. Ahora, con más presencia en los medios, con cara dialogante y sin haber roto un plato en su vida. Si con 23 años ya empiezan, con 45 ya son unos veteranos en política, pero todavía tienen por delante 20 años más de carrera profesional. Y claro, 40 años en política es lo que provoca arcadas en la opinión pública. Y 30 años, también.


Los ejemplos

Empezamos nuestro recorrido por dos ejemplos claros. Son los responsables de Nuevas Generaciones del PP y de las Juventudes Socialistas del PSOE.


Tanto el Partido Popular como el PSOE tiene muy institucionalizada la sección juvenil. Es como la cantera del Madrid o del Barça. Muchos chavales entran con enormes ganas de colaborar de manera voluntaria en grupos de trabajo, aportar nuevas ideas, conocimientos, frescura, sin nada a cambio. Tienen una temprana vocación política y quieren canalizarla a través de la formación que creen que más se aproxima a su ideología. Es legítimo y sano. Lo que pasa es que luego viene la depresión. La dinámica antropófaga de los partidos, y de cualquier organización con personas, puede echar las ilusiones de los novatos por tierra. Las luchas por el poder, por los puestos de responsabilidad y visibilidad que dan opción a ir en una lista electoral y a cobrar un sueldo público están a la orden del día. El niñato que con 18 años llama a la puerta de la sede con total inocencia, sin padrino alguno y con más formación y educación que muchos alcaldes de su propio partido, para afiliarse y pagar la cuota acaba siendo devorado por otros que llevan tiempo y saben cómo funciona el chiringuito.


María Beatriz Jurado Fernández de Córdoba es presidenta de la Nuevas Generaciones del Partido Popular. Nació en 1983 en Córdoba donde se licenció en Derecho. Ha hecho prácticas en el Colegio de Abogados de su ciudad y ha sido pasante en un despacho. Poco más. En 2010, con 27 años, cobró 38.253 euros netos del Ayuntamiento de Córdoba por su trabajo como asesora jurídica para el Grupo Municipal del PP. ¿No tenían a nadie con más experiencia? Entre 2011 y 2015 fue senadora y como era portavoz de una comisión su sueldo era de 3.860 euros brutos al mes y 1.822 euros, de indemnización para gastos, libres de impuestos. Desde junio de este año sigue como senadora, pero es presidenta de la Comisión de Educación y Deporte además de portavoz en otra, pero solo se cobra el complemento más alto en caso de asumir varios cargos. Por lo tanto, su nómina actual es de 4.245 euros brutos más 1.822, libres de impuestos. En total, 6.067 euros. En Navidad, cobrará la paga extra que consiste en sumar la asignación y los complementos, la indemnización no computa. Es decir, súmale otros 4.245 euros brutos. 


El caso de su antecesor en el cargo, Ignacio Uriarte es parecido. Nació en 1980 y con 26 años accedió a la presidencia de NNGG. Con una diplomatura en Trabajo Social y ni rastro de experiencia en la empresa privada, entre 2008 y 2015 ocupó un escaño en el Congreso de los Diputados.


Marcelino (Nino) Torre Canto es el secretario general de las Juventudes Socialistas de España. Nació en 1984 en Sotondrio, Asturias. Su currículum, más completo que el de Jurado indica que es licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo. Tiene un curso experto en Derecho Empresarial por la Escuela de Empresa y un máster en Asesoría Jurídica de Empresas por la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Complutense de Madrid. También dice la web del PSOE que es abogado, pero no señala si ha ejercido como tal ni dónde. El resto del documento son cargos orgánicos dentro del partido. Lo típico. Actualmente es diputado autonómico en su tierra. Su sueldo lo puedes consultar en la página web de la Junta General del Principado de Asturias. Son 3.902 euros brutos de asignación básica y 250 de complemento. Cobra dos pagas extra en junio y diciembre de 3.902 euros cada una.


Uno de los ejemplos más claros de lo que es un prototipo de un político nacido y criado en el seno de las secciones juveniles de los partidos es la diputada del PSOE del Parlamento de Andalucía, Verónica Pérez. Hace unas semanas fue protagonista de una famosa frase durante la crisis del PSOE al afirmar que ella era la ‘máxima autoridad’ de la formación. Pues bien, lleva 17 años cobrando sueldos públicos y 21 años en política. Tiene 38 años. No se le conoce otro oficio. Tampoco tiene estudios universitarios. Es parlamentaria autonómica desde 2004. Antes fue concejala en su pueblo, San Juan de Alfarache. En junio, cuando percibió la nómina y la paga extra de verano, su sueldo ascendió a casi 5.900 euros netos. Sus compañeros de filas Miquel Iceta y César Luena también son dos productos de las Juventudes Socialistas.


Nos hemos dejado para el final a Francisco Camps. Con todo, sabemos que hay decenas de ejemplos en PP y PSOE y seguro que tú reconoces a alguno en tu ciudad o pueblo que vive de la sopa boba. El que fuera president de la Generalitat Valenciana entre 2003 y 2011 y que dimitió por no pagar ‘cuatro trajes’ es miembro del Consell Jurídic Consultiu y cobra unos 57.000 euros brutos anuales. Una especie de Consejo de Estado autonómico. El trabajo de este ente lo pueden hacer con normalidad los propios funcionarios, no hace falta nombrar a personal de libre designación o miembros natos. Camps tiene derecho a serlo por haber ejercido el cargo de presidente de la autonomía valenciana. También tiene la opción de renunciar al sueldo, al despacho, a la secretaria y al chófer. La broma nos cuesta, en total, unos 140.000 euros al año. Pero, ¿de qué va a vivir? Ahora sabemos que es doctor en Derecho, aunque no permite que veamos su tesis. Pero cuando accedió al cargo de president en 2003 su carrera profesional no era más que un cúmulo de altos cargos en diferentes administraciones tras pasar por la carrera de Derecho, licenciarse e impartir docencia durante un breve tiempo. Ni rastro de unas oposiciones o de trabajar en la empresa privada.


Camps nació en 1962 y 20 años después se afilió a las Nuevas Generaciones de Alianza Popular. Con 29 años ya era concejal en el Ayuntamiento de Valencia. Luego ha sido diputado en el Congreso, Delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, secretario de Estado, conseller autonómico en varias carteras y presidente autonómico. Hace unos años, Camps tenía una ficha biográfica en la web del PP. Ni rastro de ella ahora. Esta es la del Congreso, con fecha de 2002.


Imagen. NNGG Arganda del Rey. En en centro de la imagen, Beatriz Jurado, presidenta de NNGG PP.


La primera versión de este artículo se publicó en el digital www.vice.com el viernes, 28 de octubre con el título 'Por qué ahora tenemos a los políticos menos preparados de la historia de España'.