España busca la transparencia del 'lobby' a la americana: la formación, clave para evitar el "amiguismo y el pelotazo"
"Si no se cualifica la actividad con conocimientos sistematizados, será difícil obtener eficacia y dignidad en la función"
España se encuentra ante una oportunidad histórica para regular la actividad de los grupos de interés, o 'lobbies', con un proyecto de ley en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, un análisis reciente revela una preocupación central: la ausencia de requisitos de formación específica para los profesionales del sector.
"La carencia más grave de la norma es la ausencia de un requisito de formación específica para los profesionales del sector, un elemento esencial en cualquier marco regulatorio sólido", señala el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada que esta semana ha publicado una reseña sobre un informe propio. Esta omisión contrasta con las mejores prácticas internacionales, donde la formación continua se considera fundamental para garantizar la transparencia y la integridad en la interlocución entre los grupos de interés y el sector público.
Interior de La Moncloa. (Pool Moncloa B. P. de la Bellacasa).
El análisis del Instituto pone de relieve el modelo estadounidense como ejemplo a seguir. "En Estados Unidos, varios estados han implementado mecanismos de capacitación obligatoria para los lobistas", destaca el comunicado consultado por Sueldos Públicos. California, Hawái, Maryland y Nueva York son algunos ejemplos de estados que han establecido sistemas de formación continua para los profesionales del 'lobby'.
"La experiencia internacional demuestra que la formación continua es un elemento clave para profesionalizar el sector, reducir riesgos de malas prácticas y fortalecer la confianza ciudadana en el proceso de toma de decisiones", subraya el análisis.
Formación estructurada
Coordenadas argumenta que la actividad de 'lobby' en España y en la Unión Europea se ha ido profesionalizando con el tiempo, volviéndose más compleja y especializada. "Diversos estudios resaltan que hoy la representación de intereses requiere conocimientos cualificados en políticas públicas y habilidades técnicas generales y sectoriales", afirma el informe.
"La formación estructurada puede fortalecer la profesionalización en ámbitos con un impacto directo en el interés general", añade el análisis, citando ejemplos como la prevención del blanqueo de capitales, la mediación, el asesoramiento financiero y la protección de datos.
El análisis del Instituto también aborda la percepción negativa que rodea al 'lobby' en España, marcada por los recientes escándalos de corrupción. "En España, los recientes escándalos de corrupción han puesto en el punto de mira las relaciones entre, generalmente sujetos concretos, y el poder político, alimentando la percepción de que el lobby opera en una zona gris regulatoria donde la falta de estándares claros permite la influencia indebida en los procesos de toma de decisiones anclados en 'usos y maneras decimonónicas'", señala el informe.
"Resulta fundamental que la legislación española incorpore requisitos de formación específica y continua para los profesionales del sector, alineándose así con las mejores prácticas internacionales y respondiendo a la creciente complejidad de la actividad de representación de intereses en el contexto actual", concluye el texto.
En palabras de Jesús Sánchez Lambás, responsable del Instituto, "para cambiar la percepción social del amiguismo y el pelotazo, hay que poner las bases de control, regulación con trazabilidad del 'soft power', cualificación de los profesionales del sector. Ha de nacer una nueva vocación por la mejora de lo público con interlocutores tan cualificados, al menos, como los de las administraciones para convertir en realidad el diálogo constructivo entre lo público y lo privado".