Rajoy ha cometido el mismo ‘pecado’ que Zapatero con las cuentas: exceso de optimismo

Cinco motivos para desconfiar de España

A pesar de haber presentado sus presupuestos en marzo, el equipo de Rajoy ha cometido el mismo ‘pecado’ que el del Rodríguez Zapatero a la hora de elaborar sus cuentas: exceso de optimismo. Analicemos por qué.

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Bandera de España
Las autonomías no están consiguiendo alcanzar los ingresos previstos en sus presupuestos.
Aunque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha insistido por activa y por pasiva en que España cumplirá con su objetivo de déficit de este año, del 6,3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), casi todos los analistas esperan una cifra bastante superior. ¿Tienen sentido tantas dudas? Lo cierto es que sí. A pesar de haber presentado sus presupuestos en marzo, el equipo de Rajoy ha cometido el mismo ‘pecado’ que el del Rodríguez Zapatero a la hora de elaborar sus cuentas: exceso de optimismo. Analicemos por qué.

1- La recaudación fiscal está ligeramente por debajo de lo esperado

En primer lugar, porque los presupuestos estimaban un aumento de la recaudación que está costando que se produzca y la tendencia no indica precisamente un aumento en el tramo final del año. Los últimos datos de ejecución presupuestaria, correspondientes al mes de julio, indican que dos de los grandes impuestos, IRPF e IVA, están en línea con las previsiones (en julio debería haberse obtenido el 60 por ciento de la recaudación anual), pero con tendencia a empeorar según avanza el año. Según los cálculos del Ejecutivo, la subida del IVA a partir de septiembre servirá para compensar la posible desviación respecto del presupuesto, pero muchos dudan de su efectividad en un momento de fuerte contracción del consumo como el actual.

Mucho peor es la evolución de otro de los grandes grupos tributarios, el de los Impuestos Especiales. Hasta julio, y a pesar de la subida de las tasas sobre el tabaco, se había obtenido el 56 por ciento de lo previsto para todo el ejercicio. Dado que los datos también han ido empeorando desde principios de año, será difícil que se alcancen las estimaciones realizadas en marzo. Pero, sin duda, la partida para la que será imposible recaudar lo previsto será para la amnistía fiscal. Desde que se puso en marcha, Hacienda apenas ha ingresado 50 de los 2.500 millones previstos.

¿Cómo se podrían compensar  estas desviaciones? Es difícil, puesto que ya se ha subido el IVA para evitar su propio gap entre recaudación real y prevista y el margen de alza del IRPF, cuyos tipos subieron el 30 de diciembre, es escaso. La venta de patrimonio estatal o la privatización de alguna empresa podría ser una opción, pero no se pueden realizar de un día para otro y el entorno macroeconómico tampoco es el más indicado para estas operaciones.

Ingresos

 

Situación

(ene-jul)

Previsto (ej.2012)

%

IRPF

45.007

73.106

61,56

IVA

30.067

47.691

63,04

I. Especiales

10.451

18.426

56,71

Amnistía fiscal

50

2.500

2,00

Gastos

Paro

18.453

28.805

64,06

Deuda

20.032

28.913

69,28

2- Los gastos desbordan el presupuesto

A pesar de que las primeras cuentas de Rajoy se han caracterizado por ser enormemente restrictivas –el gasto ministerial se ha reducido un 17 por ciento-, hay algunas partidas que parecen haber sido subestimadas en Hacienda. Hay dos que preocupan singularmente, tanto por su volumen como porque podrían superar ampliamente los créditos asignados: el paro y los intereses de la deuda. En el primer caso, si el gasto en prestaciones no da un respiro de aquí a final de año –algo poco probable-, habrá un desfase de unos 3.000 millones de euros.

En el caso de la deuda, habrá que esperar a ver cómo evolucionan los intereses de las próximas subastas, pero  será difícil que la cuantía dedicada al servicio de la deuda se mantenga en torno a los 29.000 millones previstos.

¿Cómo se podrían compensar estas desviaciones? También es difícil, ya que habría que reducir otras partidas en la cuantía requerida –recordamos que estamos hablando de un importe que podría superar los 3.000 millones de euros- u obtener ingresos por dicha cantidad para respaldarlo. Ni lo uno ni lo otro parece sencillo.

3- Los planes de ajuste autonómicos son difíciles de cumplir

Como se aprecia en el cuadro, las autonomías no están consiguiendo alcanzar los ingresos previstos en sus presupuestos, lo que les ha llevado a reducir gastos por encima de lo inicialmente estimado en los planes de ajuste. Esto se debe a un doble motivo: el hecho de que la mayoría de las cuentas autonómicas se aprobaron antes que los Presupuestos Generales del Estado (y, por tanto, muchas sobrestimaron su aportación) y la mala evolución macroeconómica.

 

Variación ingresos no financieros (2012/2011)

Variación gastos no financieros (2012/2011)

 

Previsto

Real

Previsto

Real

Total CCAA

0,82%

-6,15%

-0,04%

-8,13%

Hay que recordar que las autonomías de régimen común tienen cedida la mitad de la recaudación del IVA y del IRPF y el 58 por ciento de los Impuestos Especiales, por lo que su evolución les afecta notablemente. En el caso de las comunidades, las posibles desviaciones son aún más difíciles de corregir, puesto que su potestad tributaria se limita a parte del IRPF y a impuestos muy vinculados a la actividad inmobiliaria (Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, principalmente) y medioambiental. En el primer caso, su evolución también está siendo peor de la prevista, mientras que en el segundo, la capacidad recaudatoria es reducida.

En este contexto, la única opción que tienen los gobiernos autonómicos para ceñirse al objetivo de déficit de 2012 es recortar gastos y así lo están haciendo. No obstante, se sospecha que, en buena medida, el recorte se está realizando reteniendo transferencias y retrasando pagos, por lo que habrá que esperar a que se conozcan nuevos datos de ejecución presupuestaria para conocer si la reducción de gastos compensará la desviación en los ingresos.

4- La Seguridad Social acusa la destrucción de empleo

Según las cuentas de Rajoy, la Seguridad Social debería acabar el año con equilibrio presupuestario, es decir, con un saldo ligeramente más positivo que en 2011, cuando registró un déficit de nueve décimas del PIB. Esta previsión viene siendo poco creíble desde el principio, sobre todo cuando, tras anunciar que eliminaría la congelación de las pensiones, se estimó un incremento del gasto en esta partida del 4,5 por ciento para este ejercicio. ¿Con qué ingresos adicionales se esperaba compensar este aumento?

Lejos de producirse un incremento de la recaudación vía cotizaciones sociales, la mala evolución del empleo está recortando los ingresos. Hasta julio, el sistema obtuvo menos de 60.000 millones por esta fuente, el 56 por ciento de lo previsto para todo el año. Es decir, si no hay un milagro –o una subida de tipos, algo que afectaría muy negativamente al empleo- de aquí a final de año, difícilmente se alcanzará la cifra estimada en los presupuestos. ¿Se puede compensar con reducciones adicionales de gastos? Es difícil, puesto que las pensiones son muy inelásticas y el resto de prestaciones que paga la Seguridad Social (por ejemplo, bajas laborales o por maternidad) suponen importes mucho más bajos.

5- La caída del PIB podría ser mayor de lo previsto

Los presupuestos de 2012 contemplan una caída del PIB del 1,7 por ciento, pero los dos primeros trimestres del año hacen pensar que su evolución podría ser peor. Como hemos visto, esto tiene importantes efectos en cuanto a ingresos fiscales, pero, no sólo eso, también tiene consecuencias a la hora de cálcular el déficit por un simple efecto matemático. El déficit se calcula como porcentaje del PIB, es decir, déficit/PIB. Si el denominador baja, automáticamente, el cociente es más alto. Es decir, si el PIB de 2012 no alcanza los 1,065 billones previstos, habrá que reducir el numerador (déficit) para evitar un aumento del cociente.

Fuente de la fotografía.