El equipo de Sueldos Públicos agradece las muestras de colaboración de cargos públicos, ciudadanos anónimos e instituciones

Vamos a cumplir cinco años

Agradecimientos y agradecidos. El equipo de Sueldos Públicos lleva dando la matraca con el tema de las retribuciones de los políticos desde hace cinco años.


|

Agradecimientos y agradecidos. El equipo de Sueldos Públicos lleva dando la matraca con el tema de las retribuciones de los políticos desde hace cinco años. Con más acierto algunas veces y con errores en otras, sin mala fe, hemos construido un relato a base de transparencia y libertad. Y colaboración. Y sentido común. Y algo de mala leche, también.


Seguimos con algo de amargura porque nos gustaría tener diez veces más seguidores en las redes sociales. A veces pensamos que tenemos el mismo derecho a que nos escuchen el mismo número de personas que siguen a deportistas de elite, cantantes, actores y gente sin oficio ni beneficio. Pero nuestra información no tiene tanto impacto. Interesa mucho menos.


fachada Congreso Sueldos Públicos


Eso sí, seguimos dándote la paliza cinco días a la semana. Este proyecto se hace a ratos. Sueldos Públicos no es una ONG. Vive de la publicidad, pero casi todos los beneficios sirven para costear el servidor y realizar mejoras constantes en la web, siempre de manera muy humilde. No tenemos un magnate de la comunicación echando billetes y respaldando el proyecto. Inés Calderón y un servidor tenemos nuestros trabajos en la empresa privada, pero valoramos el proyecto. Espero que tú, también. Y gracias también a El Economista, porque hace dos años se interesaron por nuestro trabajo y su visibilidad nos ha ayudado a crecer.


Queremos darte las gracias. Como lector, seguidor, ciudadano y contribuyente. Y si eres cargo público y no tienes nada que esconder seguimos esperando una copia de tu nómina. El documento más transparente para comprobar los ingresos netos de nuestros políticos.


Somos conscientes de que hemos hecho visibles algunos temas olvidados o que se pasaban por alto. Hace cinco años los portales de transparencia eran una cosa exótica. Ahora hay una ley y pobre del que quiera meter la mano en la caja. Crucemos los dedos para que la porquería que sigue saliendo en los ‘telediarios’ sea finita, acabe pronto y quede como una etapa del pasado. La transparencia y la libertad no son una moda, ni una pose. En política son principios básicos para hacer de la democracia un sistema menos pestilente, más sano, menos tóxico y con menos sinvergüenzas y analfabetos con capacidad para legislar. Uno de los males de nuestro país. Ese y como ya sabes por artículos nuestros, el de las secciones juveniles de los partidos políticos. Que un chaval de 25 años, recién salido de la facultad o sin estudios, cuya madre todavía le lava los calzoncillos porque no se ha independizado, tenga que dirigir una concejalía con varios cientos de miles de presupuesto no tiene sentido alguno. Lo tiene cuando nos damos cuenta de cómo funcionan los partidos políticos en España y cómo se siguen haciendo las listas electorales en algunos de ellos.


Hace cuatro años sufrimos un ataque informático y 400 noticias se esfumaron. Decidimos que la parte de la base de datos jamás podríamos actualizarla y rebajamos las pretensiones del proyecto. Las páginas webs de las instituciones públicas ofrecen mucha más información ahora que hace diez años. Es pública pero no siempre muy visible. El BOE lleva décadas siendo público y tampoco es que se le haga mucho caso.


Lo dijimos cuando arrancamos y te lo vuelvo a decir. No aspiramos a ser objetivos. Nunca lo hemos pretendido. Mientras nadie se atreva a poner algo de masa cerebral en el asunto de los sueldos públicos de la Administración General del Estado seguiremos diciendo que España está mal hecha, que no es posible que alcaldes cobren más que el presidente del Gobierno o que los ministros; que no es posible que nadie dé explicaciones sobre cómo se concede el complemento de productividad de los altos cargos; que seguimos sin conocer la valía profesional de miles de cargos de confianza porque no podemos consultar su currículum; porque la declaración de bienes y rentas que publican los senadores y diputados es un documento que carece de validez y en ocasiones está lleno de errores que nadie se molesta en corregir.


Este mes cumplimos cinco años. Muchas gracias por tu apoyo y por tener un páncreas a base de bombas para leer nuestras noticias.