La gerente del SAS cobra más de 81.000 euros brutos anuales y 1.867 mensuales para vivienda y por ahora 'salva la cabeza' tras la crisis de los cribados de cáncer
Antonio Sanz sustituye de manera interina a la dimitida consejera de Salud, Rocío Hernández Soto
La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía ha vivido un terremoto institucional sin precedentes. Rocío Hernández Soto, hasta ahora titular del departamento, presentó su dimisión irrevocable la semana pasada, la cual fue aceptada por el presidente autonómico, Juanma Moreno Bonilla, en una comparecencia extraordinaria. La decisión se produce como consecuencia directa de la crisis generada por los fallos detectados en el programa de detección precoz del cáncer de mama, un escándalo que ha afectado a, al menos, mujeres con diagnósticos tardíos o con información inadecuada sobre sus pruebas.
No obstante, Moreno Bonilla ha insistido en que “habrá más ceses”. Y en esas estamos, mirando a izquierda y derecha, buscando en el organigrama de la Consejería cuál es la siguiente cabeza que se puede cortar. Y la cosa es fácil. El número dos del departamento y la ‘todopoderosa’ directora gerente del SAS. Hernández Soto venía de sustituir a Catalina García Carrasco, actual consejera de Medio Ambiente.
La renuncia de Hernández Soto, una gestora de perfil discreto con una larga trayectoria en la sanidad pública, marca la mayor crisis que ha afrontado el Gobierno andaluz en la presente legislatura, poniendo en el punto de mira la gestión del sistema sanitario público. Le sustituirá, de manera interina, el consejero de Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz, que percibió 84.400 euros y 857 euros en atrasos en 2024. Y 1.521 euros de indemnización mensual por vivienda, según las tablas retributivas publicadas en la página web de la Junta y consultadas por este digital.
Valle García Sánchez, gerente del SAS.
El contexto de la dimisión es puramente sanitario y social. La polémica estalló tras conocerse que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) no había informado adecuadamente o a tiempo a miles de mujeres sobre los resultados de sus mamografías. Este retraso o fallo en la comunicación ha comprometido la salud de un número significativo de pacientes, retrasando el inicio de tratamientos vitales contra el cáncer de mama.
El propio presidente andaluz, Moreno Bonilla, reconoció la incertidumbre generada en una población de decenas de miles de mujeres a los que va dirigido el programa. Ante el aluvión de testimonios, protestas de asociaciones como la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Andalucía (AMAMA), y la amenaza de demandas individuales y colectivas, la Junta de Andalucía se vio obligada a ordenar una investigación y anunciar un Plan de Choque.
Este plan incluía una inversión inicial de millones de euros y la contratación de profesionales sanitarios, principalmente médicos radiólogos, con el compromiso de resolver las pruebas pendientes antes del de noviembre. Sin embargo, para la oposición y las plataformas de pacientes, estas medidas llegaron demasiado tarde. Las críticas se centraron en la gestión de la crisis y en la defensa inicial de la consejera de que no se había avisado antes para no causar "ansiedad" a las afectadas, una justificación que intensificó el malestar social y terminó precipitando su dimisión.
Perfil técnico
Rocío Hernández Soto fue elegida precisamente por su perfil técnico y su experiencia en la gestión sanitaria. Licenciada en Medicina y Cirugía y especialista en Pediatría, Hernández había dedicado toda su carrera a la sanidad pública andaluza. Cobró 34.970 euros y 393 euros en atrasos en 2024. Asumió el cargo en julio de ese año. Antes de convertirse en consejera, ocupó diversos puestos de alta responsabilidad, incluyendo el de gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), el gran motor de la sanidad andaluza. Su nombramiento buscó aportar estabilidad y experiencia técnica tras una etapa turbulenta en el departamento, pero la crisis del cribado la situó en el ojo del huracán.
Bajo la dirección de la Consejería de Salud y Consumo, que ahora queda descabezada, recaen algunas de las funciones más sensibles y presupuestariamente importantes de la Junta de Andalucía. El departamento es responsable de:
- Planificación y Ejecución de la Política Sanitaria: Dirige toda la estrategia de salud pública y la organización de los servicios sanitarios, incluyendo hospitales, centros de salud y programas de prevención como el cribado.
- Servicio Andaluz de Salud (SAS): Es el órgano instrumental y de gestión más importante, encargado de la provisión de la atención sanitaria.
- Consumo: Vela por la defensa y protección de los consumidores y usuarios en la comunidad.
- Investigación Sanitaria: Fomenta la I+D+i en el ámbito de la salud.
La Gerencia del SAS
La gestión diaria del Servicio Andaluz de Salud (SAS) recae en la Gerencia, una figura clave para entender la operatividad del sistema que ha fallado en el programa de cribado. Actualmente, la persona al frente de la Gerencia del Servicio Andaluz de Salud es Valle García Sánchez. Cobró 79.608 euros y 1.475 euros de atrasos. También cobra 1.867 euros mensuales de indemnización por vivienda.
La Gerencia del SAS es el máximo órgano de dirección operativa. Sus funciones son cruciales: la gestión directa de los recursos humanos, económicos y materiales del sistema sanitario, la dirección de hospitales y centros de salud, y la implementación práctica de los programas de salud diseñados por la Consejería (incluido el programa de cribado del cáncer de mama).
Nacida en Córdoba, García Sánchez es doctora cum laude en Medicina y Cirugía y especialista en Aparato Digestivo, un perfil técnico que ha dedicado la mayor parte de su carrera a la gestión hospitalaria. De hecho, ha ejercido la docencia en la Universidad de Córdoba y desde junio de hasta su nombramiento al frente del SAS, fue directora gerente del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Durante esos seis años impulsó proyectos clave como el plan de humanización, la implantación de la cirugía robótica y la creación de nuevos modelos de atención como la hospitalización domiciliaria, sumando además una amplia trayectoria en investigación con más de artículos científicos publicados.
Su formación en gestión incluye programas en la prestigiosa ESADE y en la Escuela Andaluza de Salud Pública, y ha sido reconocida con galardones como el 'Premio Sanitarias 2020' por su liderazgo en gestión y la Cruz con distintivo blanco de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil. El cargo que ostenta es el nervio central de la sanidad andaluza. Las funciones de la Dirección Gerencia del SAS son de máxima autoridad ejecutiva: Representar legalmente al Servicio Andaluz de Salud, así como dirigir y coordinar la entidad que tiene adscrita.
Ejerce la jefatura superior de todo el personal adscrito y tener la potestad para nombrar puestos directivos y autorizar la creación o supresión de Unidades de Gestión Sanitaria. Es la responsable de programar, dirigir, gestionar y evaluar todas las actividades desarrolladas en los centros del SAS. A nivel económico, ordena la organización interna, autoriza gastos, ordena pagos y dirige los criterios administrativos y financieros. Su rol es tan amplio que abarca desde la gestión de obras y equipamientos hasta la suscripción de acuerdos, la coordinación de las actuaciones de transparencia pública y la resolución de procedimientos de responsabilidad patrimonial. En el contexto de la crisis actual, también es crucial su papel en la ejecución de la Unidad Antifraude para la gestión de fondos europeos. De esta Gerencia dependen directamente cuatro direcciones generales clave: Asistencia Sanitaria y Resultados en Salud, Gestión Económica y Servicios, Personal, y Sistemas de Información y Comunicaciones. En términos retributivos, el sueldo de los altos directivos del Servicio Andaluz de Salud, incluido su Gerente, está sujeto al tope salarial para el sector público instrumental autonómico.
Por su parte, la viceconsejera de Salud, María Luisa del Moral, es la encargada de coordinar y supervisar laplanificación estratégica, financiera y operativa del sistema sanitario público andaluz. Su gestión se enfoca a la eficiencia de los recursos económicos y humanos, impulsar políticas de calidad asistencial y participar en la elaboración del contrato programa con el Servicio Andaluz de Salud (SAS), asegurando que los servicios sanitarios respondan a las necesidades reales de la población. En 2024 cobró 5.392 euros por ‘otras retribuciones’ y 245 euros por ‘atrasos otras retribuciones’.
Según las tablas de Transparencia, Moreno Bonilla cobró 88.359 euros brutos y 916 euros en retrasos en 2024. Objetivo prioritario del presidente: buscar a un consejero de Salud para ocho o nueve meses capaz de gestionar un ‘marrón’ con posibilidades de cuatro años más en el cargo si el PP retiene la Junta. "Estamos hablando de una empresa (la Consejería de Salud) que es la mayor empresa pública de Europa, tiene un presupuesto de 16.000 millones de euros y 130.000 trabajadores", afirmó hace unos días.