Alejandro Sahuquillo publica THE MUSK WAY: Descifrando el manual de Elon Musk para revolucionar cualquier mercado

¿Cuál es el sueldo del hombre más rico del mundo?

“Voy a recaudar 40 millones de dólares para mantener la empresa en marcha”. “Lo voy a poner todo yo mismo”


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En julio de 2025, los titulares de todo el mundo coincidieron en un punto: Elon Musk está en camino de convertirse en el primer "trillonario" del planeta. Pero detrás de esa cifra impactante se esconde una historia mucho más compleja y reveladora. Así lo demuestra Alejandro Sahuquillo en su nuevo libro, THE MUSK WAY: Descifrando el manual de Elon Musk para revolucionar cualquier mercado, fruto de dos años y medio de investigación y de entrevistas exclusivas con exempleados de Tesla, SpaceX, Neuralink y PayPal.

“Siempre invierto mi propio dinero en las empresas que fundo”, explicó Musk a Forbes. “No creo en eso de usar solo el dinero de otros. No me parece correcto. No voy a pedir a otros que inviertan si yo no estoy dispuesto a hacerlo”.

Esta filosofía de inversión personal se convertiría en uno de los rasgos de liderazgo más distintivos de Musk, demostrado repetidamente durante su trayectoria emprendedora. Justo después de vender su primera startup, Zip2, decidió fundar X.com (que luego se convirtió en PayPal), financiándola casi en su totalidad él mismo. Puso 12,5 millones de dólares, la mayoría de lo que había ganado. Su apuesta era tan extrema que incluso alguno de sus inversores como Michael Moritz, de Sequoia Capital, le advirtieron: “Tío, no deberías tener prácticamente todo, salvo tu casa y tu automóvil, en una empresa”. Musk no solo ignoró el consejo, sino que duplicó su apuesta, aumentando su participación en lugar de vender.


Elon Musk

Elon Musk.


Esta decisión tuvo dos ventajas principales. En primer lugar, podría tener un mayor control de la empresa, y en segundo, y menos obvio, fue claro para Ed Ho, cofundador de X.com: “Hacía una llamada para contratar a alguien y decía: ‘Elon ha metido trece millones’”. Durante la burbuja de las punto.com, cuando la competencia por captar talento era feroz, contar con un fundador atípico como Musk que apostaba la mayor parte de su fortuna personal fue clave para atraer a los mejores ingenieros.


Esa actitud también atrajo a otro grupo esencial. En 2008, durante la crisis financiera, Tesla estaba al borde de la quiebra y Musk se enfrentaba a una de sus decisiones más difíciles. Todos a su alrededor, incluido su hermano Kimbal, cuestionaban la conveniencia de invertir más dinero en la empresa. Pero Musk se mantuvo firme. “Estamos muy cerca, Daimler está casi listo, el Roadster está casi listo. No podemos rendirnos ahora”, le dijo a Kimbal. En una reunión de la junta directiva, Musk declaró: “Voy a recaudar 40 millones de dólares para mantener la empresa en marcha”. Los miembros de la junta directiva, atónitos, le preguntaron cómo planeaba hacerlo. ¿Su respuesta? “Lo voy a poner todo yo mismo”.


Con Tesla incapaz de pagar nóminas, Musk firmó un cheque personal con sus últimos millones para mantener la empresa a flote. Fue una apuesta desesperada de última hora para salvar a la firma, una que dejó a Musk, un multimillonario pocos años antes, preguntándose cómo pagaría el alquiler el próximo mes.


“Era todo o nada. O iba con todo o Tesla moría”, recordó Musk. Funcionó. Un ronda de financiación de último minuto se cerró en Nochebuena, lo que evitó que Tesla se declarara en quiebra dos días después. Ese momento consolidó la reputación de Musk, no solo como un emprendedor genial, sino como un líder dispuesto a sacrificar todo por su empresa.


Jurvetson, miembro de la junta directiva de Tesla y uno de los primeros inversores, fue testigo de primera mano de la determinación de Musk. “Esa increíble confianza fanfarrona catalizó un cambio en la opinión de la gente y nosotros y todos los demás en la mesa dijimos: ‘¡Dios mío! Queremos ser parte de esto. Queremos invertir lo máximo posible.’ Salvó a la compañía en su hora más oscura con un acto de heroísmo difícil de describir. No hay nada como gastar tu último dólar en un proyecto en el que crees”.


La implicación personal de Musk no solo atrajo a los mejores trabajadores e inversores; también convenció a un tercer grupo clave: sus clientes. En 2013, Musk anunció una garantía única para el Model S de Tesla, garantizando personalmente su valor residual, una medida casi inédita en el mundo corporativo estadounidense. Elon lo presentó de esta manera: “Garantizamos que el valor residual de tu Model S no será inferior al de un Mercedes Clase S… Para reforzarlo, además, respaldo personalmente esa garantía. No es solo una garantía de Tesla, es una garantía mía”. Los activos de Musk se convirtieron en ese momento en la red de seguridad del innovador vehículo de Tesla, una promesa que demostró su firme creencia en el éxito de la compañía.


El compromiso de Musk no terminó ahí. En 2018, fue más allá, vinculando su salario como CEO de Tesla exclusivamente al desempeño de la empresa en un movimiento sin precedentes. “Nunca he oído hablar de otra empresa”, comentó la periodista de CNBC Rebecca Quick. “Nadie lo ha hecho nunca”, continuó su copresentador, Andrew Ross Sorkin. Aquella mañana del martes 23 de enero de 2018, la prensa financiera mundial amanecía impactada por un plan de compensación a diez años para el CEO de Tesla. Uno nunca antes visto. Elon Musk había aceptado un acuerdo radical: seguiría siendo CEO durante una década, pero su compensación estaría enteramente vinculada al éxito de Tesla.


Bajo el nuevo plan, Musk no recibiría salario, bonificación en efectivo ni compensación garantizada. En lugar de ello, se le concederían opciones sobre acciones solo si Tesla alcanzaba una serie de objetivos muy ambiciosos: hitos que exigían un crecimiento sustancial en el valor de mercado y el rendimiento operativo. En una empresa que entonces lidiaba con los desafíos de producción del Model 3, Musk estaba apostando su futuro financiero al éxito a largo plazo de Tesla.


El plan estaba dividido en 12 hitos. Cada objetivo representaba un salto sustancial en el rendimiento y el valor de mercado de Tesla. Si Musk lograba que Tesla cumpliera con los 12, su compensación potencial podría no tener precedentes y alcanzar miles de millones de dólares. Este plan, basado en primeros principios, establecía una conexión directa entre éxito personal y éxito empresarial.


En ese plan de incentivos de 2018, como en el nuevo propuesto en 2025 (aún pendiente de aprobación), la estructura se construyó siguiendo una premisa: un CEO solo debería ser recompensado por resultados extraordinarios. Este enfoque de liderazgo —poner en riesgo sus activos y su remuneración— transformó la dinámica tradicional entre el CEO y la empresa. No se trataba simplemente de pedirles a los empleados que creyeran en la misión, sino de demostrar esa creencia a través del riesgo y su inversión personal. Al hacerlo, Musk creó una cultura donde el compromiso no solo se hablaba, sino que se demostraba con acciones, comenzando desde arriba.


Extracto del libro de Alejandro Sahuquillo.