El BCE perdió casi 8.000 millones en 2024 mientras su presidenta cobró 466.000 euros brutos y su vicepresidente, Luis de Guindos, 399.000
El fuerte deterioro financiero se debe, en parte, a que en 2023 el BCE pudo utilizar una provisión de 6.620 millones de euros destinada a riesgos financieros
¿Puede un presidente de una empresa que pierde casi 8.000 millones en 2024 tener un sueldo de 466.000 euros brutos anuales? El Banco Central Europeo (BCE) cerró 2024 con unas pérdidas históricas de 7.944 millones de euros, la mayor cifra negativa desde su creación. Esta cantidad multiplica por seis los números rojos de 2023, cuando la entidad reportó un déficit de 1.266 millones de euros. Con este resultado, el BCE acumula dos ejercicios consecutivos en negativo y no podrá distribuir beneficios entre los bancos centrales nacionales de la zona euro.
El fuerte deterioro financiero se debe, en parte, a que en 2023 el BCE pudo utilizar una provisión de 6.620 millones de euros destinada a riesgos financieros, lo que permitió reducir significativamente las pérdidas. Sin embargo, en 2024 esa reserva se agotó, dejando a la institución sin margen para amortiguar el impacto.
A pesar de este contexto de crisis, los altos directivos del BCE han visto incrementadas sus remuneraciones. La presidenta del organismo, Christine Lagarde, percibió en 2024 un salario bruto de 466.092 euros, lo que supone un incremento de más de unos 21.000 euros respecto a los 444.984 euros que cobró en 2023. Por su parte, el vicepresidente Luis de Guindos también experimentó una subida salarial, pasando de 381.444 euros en 2023 a 399.528 euros en 2024. Hace dos años ya te contamos que ganaban más de 1.000 euros al día.
Los miembros del Comité Ejecutivo y del Consejo de Supervisión del BCE reciben, además de su salario base, una serie de complementos salariales, como los de residencia, representación y circunstancias personales (hijos o educación). En total, en 2024 el BCE destinó 1.254.013 euros a estos conceptos, frente a los 1.169.703 euros del año anterior. La suma de las retribuciones del Comité Ejecutivo rozó los 2,2 millones el año pasado (cuadro inferior).
Además, el BCE también mantiene pagos transitorios para antiguos altos cargos tras su salida de la entidad. En 2024, estos pagos ascendieron a 552.772 euros, un aumento significativo respecto a los 365.864 euros de 2023. Asimismo, los pagos relacionados con pensiones y prestaciones post-empleo alcanzaron los 2.185.215 euros en 2024, incluyendo indemnizaciones a exdirectivos que cesaron en sus funciones.
La cifra total incluye la remuneración del presidente del Consejo de Supervisión y de los miembros del BCE. Frank Elderson no recibe ninguna remuneración adicional por el cargo de vicepresidente del Consejo de Supervisión. Los totales correspondientes a 2024 se vieron afectados por un desfase entre el final y el inicio de los mandatos de dos miembros del Consejo de Supervisión y sus sucesores, mientras que en 2023 todos los miembros del Consejo de Supervisión del BCE ocuparon su cargo durante todo el año. Mira el cuadro inferior.
Cuentas anuales del BCE 2024.
El contraste entre las millonarias retribuciones de la cúpula del BCE y las históricas pérdidas de la institución ha reavivado el debate sobre la gestión de la entidad y la idoneidad de mantener estas remuneraciones en un contexto económico adverso. Mientras el organismo central afronta su segundo año consecutivo en números rojos, las subidas salariales de sus directivos ponen de nuevo el debate de los sueldos públicos en el centro de la palestra informativa.
El BCE es un organismo supranacional con personalidad jurídica propia, de acuerdo con el derecho público internacional, que constituye el núcleo del Eurosistema y del SEBC. El BCE se creó el 1 de junio de 1998 en Fráncfort y asume desde entonces las funciones del Instituto Monetario Europeo (IME). Desde el 1 de enero de 1999 se hace cargo de la instrumentación de la política monetaria de la zona del euro.
Según su página web, el Banco Central Europeo "no es como los demás bancos". Elabora cuentas anuales y comunica sus beneficios y pérdidas como un banco normal, pero con una notable diferencia: en el BCE, nuestro objetivo no es lograr beneficios, sino mantener los precios estables. Los beneficios y las pérdidas que obtenemos son «efectos secundarios».
Lo mismo puede decirse de los bancos centrales nacionales de los países de la zona del euro (que, junto con el BCE, forman el Eurosistema). Esto no quiere decir que los beneficios y las pérdidas no tengan importancia para los bancos centrales del Eurosistema. De hecho, que obtengamos beneficios o tengamos pérdidas es muy importante. A continuación explicamos por qué, y de dónde proceden los beneficios y las pérdidas.