La primera ministra, Kaja Kallas, se convierte en la primera mujer en ocupar este puesto

Estonia o España: qué país ofrece mejores posibilidades para vivir o crear una empresa

Tributación, facilidad para crear empresas, planes de pensiones, gasto público… ¿Comparamos?


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¿Te has parado a pensar cómo sería tu proyecto de vida si decidieras coger la maleta y emprender una nueva aventura laboral o emprendedora a miles de kilómetros de España? Nosotros nos hemos fijado en Estonia, una de las repúblicas bálticas que alcanzó soberanía plena tras la desintegración de la URSS y que ya tiene a una mujer al frente del Gobierno.


Por lo pronto, el Impuesto de Sociedades en España, el que pagan las empresas por sus beneficios, es del 25%, aunque con matices. Sin embargo, en Estonia solo se gravan los beneficios generados al 20% si se distribuyen entre sus accionistas. Cuando son reinvertidos en la empresa están exentos de tributación.


Imagen editada

Vista parcial del Parlamento de Estonia (Wikipedia).


Además, el país báltico disfruta de un tipo impositivo del IRPF del 20%, y para las rentas más bajas existen deducciones y bonificaciones. En cambio, en España varía según la riqueza desde el 19% hasta el 47%.


Entre los emprendedores, este país de poco más de 1,3 millones de habitantes es un tema de conversación habitual por sus características fiscales a la hora de crear una empresa. Llaman la atención sus posibilidades en cuanto a tributos y planes de pensiones. Si te interesa, puedes saber más con la experiencia de Pau Ninja en Estonia.


Por otra parte, la inversión en educación en Estonia alcanza el 5,96% del gasto público, lo que explica que sea uno de los países con mejores resultados a nivel europeo. Es de acceso gratuito y desde los siete años hasta los 17 años es obligatoria, pudiendo elegir itinerario a los 15. Después, tres cursos de educación secundaria dan paso a las universidades y cursos de formación profesional, entre otros. Su tasa de alfabetización, según el Ministerio de Exteriores, Unión Europea y Cooperación es del 99,8%, mientras en España, del 98,44%.


Tecnología y administración

El país nórdico lidera el sector tecnológico europeo en cuanto a internet y telefonía móvil. En este sentido, han declarado la conexión a Internet como un "derecho humano básico". El expresidente de Estonia entre 2006 y 2016, Toomas Hendrik Ilves, ayudó a que su país levantase cabeza tras la salida en 1991 de la Unión Soviética, haciendo que sus compatriotas formen parte de una de las naciones más tecnológicas de Europa.


La administración pública está digitalizada hasta el punto de que la mayoría de trámites se pueden ejecutar mediante el teléfono móvil, como firmar contratos laborales, crear empresas, matricular un coche o incluso registrar el nacimiento de un hijo.


Estonia está dividida en 15 provincias, con 79 municipios rurales después de la reforma administrativa y 33 ciudades, además de aquellas con régimen especial (Tallin, Tartu, Narva, Kohtla Järve, Pärnu y Sillamäe). Su capital es Tallín, con 426.538 habitantes, según datos de 2017, un poco más grande que Palma de Mallorca. Su nombre oficial es República de Estonia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha otorgado a Estonia el cuarto puesto entre los países europeos con mejor calidad de aire urbano.


La presidenta de la República de Estonia es Kersti Kaljulaid desde el año 2016. Tiene 51 años y antes de liderar el país fue representante de Estonia en el Tribunal de Cuentas Europeo. Como primera ministra, la liberal Kaja Kallas, del Partido de la Reforma Estonio encabeza un gobierno de coalición con el Partido de Centro Izquierda y ha jurado el cargo hace unas horas, lo que la convierte en la primera mujer en ocupar este puesto.


Su deuda pública es del 8,4% del PIB, lo que supone 1.785 euros per cápita, la más baja de la comunidad europea, según datos de 2019. En cambio, en España la deuda pública asciende al 95,5% del PIB, 25.117 euros per cápita. En cuanto a las tasas de paro, en España es del 13,7% (2019) y en Estonia del 5,8 (2017).


Otras residencias fiscales interesantes son países que, sin ser paraísos fiscales, tienen ventajas para sus empresas. Algunos de ellos son Chipre, puesto que la estancia necesaria para obtener la residencia fiscal es de 60 días; Georgia, donde no hay normas CFC y los impuestos no ascienden del 1% si los salarios son inferiores a 200.000 euros anuales; Andorra, con impuestos entre el 5% y el 10%; y Portugal, con un 10% de impuestos, entre otros.