En Orihuela y Callosa de Segura el cultivo y manufactura del cáñamo generaba riqueza, tejido empresarial y puestos de trabajo

El potencial económico de las materias primas del cáñamo industrial

Con la planta del cáñamo se pueden fabricar fibras para el sector textil y cordajes, pero también se usan las semillas y sus aceites para cosmética


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En Orihuela y Callosa de Segura, municipios del sur de la provincia de Alicante, el cultivo y manufactura del cáñamo generaba riqueza, tejido empresarial y puestos de trabajo. Hoy en día, con la sustitución de la fibra sintética en la industria de cuerdas, los oficios artesanales del cáñamo son testimoniales, cosas de los museos y los libros de historia.


Con la planta del cáñamo se pueden fabricar fibras para el sector textil y cordajes, pero también se usa las semillas y sus aceites ricos en grasas y proteínas, para combustibles ecológicos, lubricantes y plásticos, materiales de construcción resistentes y aislantes, también para la industria del automóvil, celulosa para papel, aplicaciones en medicina y cosmética y el cultivo de la marihuana: cuya producción y consumo es legal en algunos países o partes de estados. El más famoso, California, en la costa Oeste de Estados Unidos.


En cambio, en nuestro país, la mayoría de los cáñamos procede de Barcelona, Lleida, Castellón, Valencia, Alicante, con fibras blancas. En Aragón y Navarra la fibras son más gruesas, usadas para sacos, cuerdas y alpargatas. En resumen, la producción de cáñamo común se centra en Teruel, Zaragoza, Huesca, Alicante, Lleida, Barcelona, Castellón, Valencia, Islas Baleares, Murcia, Albacete, Segovia y Guadalajara.


Semillas cañamo


Si nos centramos en el área de cosmética, la crema de CBD, hecha en Alemania y con aceite de albaricoque, está indicada para pieles secas y agrietadas, es 100% natural y 99% orgánica. En este sentido, CBD también ofrece asesoramiento al cliente sobre el cannabis y sus usos terapéuticos para diversas enfermedades.


Aspectos legales

La legislación europea permite el cultivo para la producción del cáñamo industrial siempre y cuando los niveles de tetrahidrocannabinol (THC), sean inferiores al 0,2%. El THC es el elemento psicoactivo y hay algunas subespecies y variedades que superan esa cantidad, llegando al 5%. Desde 1999, un Real Decreto del Gobierno de España permite el cultivo de 25 variedades de cáñamo industrial. Eso sí, las semillas de estas variedades tienen que estar certificadas por la Unión Europea para que su cultivo sea legal.


Esta circunstancia es similar para otros cultivos agrícolas, como los cítricos. Así, nuestros agricultores solo pueden comprar plantones de naranjos, mandarinos o limoneros de variedades legales, y pagar los royalties correspondientes si es necesario. Además, deben conocer con detalles las técnicas de cultivo, siembra y cosecha pues de ello depende la cantidad de resina, la longitud de las hojas o el número de hembras. La norma también regula la recepción de subvenciones de cáñamo y el lino para la fabricación de fibras.


El cáñamo

Aunque te parezca extraño, esta planta es la más utilizada por la humanidad y procede de la misma planta que la marihuana. Se cultiva desde hace 100.000 años. Con los avances de la genética y la botánica, con las variedades sativa y ruderalis se han conseguido otras sin apenas THC, por lo que carecen de efectos psicoactivos. Por lo tanto, cuando usamos el término cáñamo, como variedad de Cannabis sativa, nos referimos a las variedades cultivadas sin principios psicoactivos y destinadas a la obtención de materias primas en cantidades industriales.



Piensa en cualquier elemento de la vida cotidiana: la ropa de tu armario, vivienda, aislantes, muebles, alimentos, aceites, comida para animales, biomasa para calentar casas. Incluso productos para higiene como jabón, aceites nutritivos, pinturas y barnices, combustible, purificador de agua o para enriquecer el sueldo. Y sin olvidar las propiedades medicinales y terapéuticas.


Un ejemplo, el cáñamo industrial se aprovecha para elaborar más de 25.000 productos que no dañan al medio ambiente. Son biodegradables. Se aprovecha la semilla, la fibra y la pulpa para la alimentación, fibra, energía y medicina. Su cultivo genera una rica biodiversidad en el entorno.


¿Recuerdas las galletas de cañamones? Pues las semillas de cannabis tienen ese nombre y son la parte con más proteínas, cerca del 34%. Además, sus ácidos grasos esenciales como Omega3 y Omega6 ayudan a prevenir artritis y el reuma y otras enfermedades crónicas. Por otro lado, el aceite de la semillas puede aprovecharse para preparados alimenticios para el ganado, mientras que las semillas de cáñamo, para hacer leche de cáñamo o para condimentar ensaladas y batidos. En cambio, las hojas, crudas o como zumo, poseen muchas vitaminas y minerales, no tiene componentes psicoactivos pero sí de carácter antiinflamatorio y anticancerígeno, como el cannabidiol o CBD


Imagen: Pixabay.