Ángel Mínguez ha sido secretario del presidente del Parlamento valenciano durante un año

Cobraba 39.000 euros brutos como asesor con 24 años, pero ahora quiere montar una clínica dental

La historia de este joven, que quiere montar una clínica dental y trabajar en la empresa privada tras una breve experiencia como cargo de confianza, deja bien a las claras que no todos los políticos están hechos de la misma pasta.

|

Ángel Mínguez
Mínguez, en la Mesa de las Corts valencianas.
Ser asesor del presidente de las Corts valencianas con 24 años puede parecer bastante llamativo. Más si tenemos en cuenta que Ángel Mínguez se afilió al Partido Popular con 19 años y en Sueldos Públicos nos hemos hartado de denunciar la práctica viciada de las secciones juveniles de las formaciones que captan a sus afiliados ya en la universidad y con 23 años les ofrecen una concejalía, 3.000 euros de sueldo y la posibilidad de ir escalando puestos. No es el caso.

La historia de este joven, que quiere montar una clínica dental y trabajar en la empresa privada tras una breve experiencia como cargo de confianza, deja bien a las claras que no todos los afiliados que aspiran a ser políticos están hechos de la misma pasta. El padre de Mínguez es camionero y la madre le acompaña en la cabina, aunque también conduce. Incluso el hijo ha echado una mano en el negocio familiar. Sus padres también están afiliados al PP, como miles de españoles, pero no tienen cargo de responsabilidad alguno.

Mínguez se licenció en Odontología en 2010. Tiene un máster y está cursando otros dos. Además, continúa sus estudios de Ciencias Políticas y de la Administración en Valencia.

Hace unos días, leímos en la prensa local que un asesor del presidente del Parlamento valenciano, Juan Cotino, no quería que le echaran en cara que jamás había trabajado en la empresa privada. Enseguida buscamos su perfil en Twitter para contactar con él. Mínguez se hizo ‘famoso’ en las redes sociales al advertir a la periodista de RTVE, Ana Pastor, que su continuidad en la empresa no estaba garantizada.

¿Cuándo te afiliaste?

Me afilié con 19 años, aunque llevaba ya un año planteándomelo.

¿Qué te movió a hacerlo?

Siempre me había gustado la política. Empecé en política universitaria como representante de los alumnos de odontología de la Universidad de Valencia. Luego fui presidente de los estudiantes de odontología a nivel nacional y después ya me pasé a un ámbito más general en diversas asociaciones acabando como presidente de la Asociación Valenciana de Estudiantes Universitarios (AVEU). Durante todo esto me di cuenta de que tenía cierta vocación de servicio público y decidí implicarme también a nivel de Nuevas Generaciones del Partido Popular.

¿Qué viste en el PP que no viste en otros partidos?

En el PP vi un partido donde mi forma de pensar se veía en cierto modo representada. No podemos coincidir en absolutamente todo lo que propone un partido político ya que estos están gobernados por personas y, desde luego, si todos pensásemos igual, no existiría ningún tipo de debate interno. Pero en el PP vi un partido de centro en el cual me sentía, y me siento, bastante cómodo.

¿Tu familia está metida en política?

Mis padres están afiliados, pero nunca han ocupado ningún tipo de responsabilidad. Son militantes de base. No procedo de ninguna familia política. Todo lo que haya podido hacer y conseguir ha sido por méritos propios, aunque siempre con el respaldo incondicional de mis padres, a los que les debo mucho. Ellos son camioneros (sí, mi madre también conduce camión), y han volcado su vida en intentar que la mía sea mejor y más cómoda que la suya. Es imposible no tenerlos en un pedestal y admirarlos cada día más.

¿Cuál era tu sueldo como asesor?

Aproximadamente unos 39.000 euros brutos al año, en 14 pagas.

¿En qué consistía tu trabajo? Explícanos un día normal de tus rutinas laborales.

Mi trabajo consistía en asistir al presidente de las Corts, Juan Cotino, en aquello que hiciese falta. Cada día era diferente, aunque la rutina más cercana a la habitual era trabajar por las mañanas en el parlamento y por las tardes asistirle cada vez que tenía alguna visita o algún acto institucional. El presidente es una persona muy activa, cercana, trabajador incansable y no para nunca; por ende, yo tampoco lo hacía. A mí me podía tocar hacer tareas administrativas, preparar discursos, organizar eventos y actos institucionales, organizar argumentarios, o acompañarle a la otra parte del país, incluyendo sábados y domingos.

¿Qué método de trabajo tiene Cotino?

Trabajo, trabajo y trabajo. Amabilidad, comprensión y dedicación. Es exigente pero a la vez da margen de confianza para que las cosas salgan bien. Siempre genera buen ambiente dentro del gabinete y eso, al final, se nota.

¿Te consideras liberal? ¿Democristiano?

Creo que sería muy difícil definirme como liberal, democristiano o cualquier otra ideología en concreto. Comunista desde luego que no. Me considero una persona bastante liberal pero sin olvidar al ser humano como centro de nuestra acción. Creo que la libertad es la base en la que nos debemos centrar siempre sin olvidar que los extremismos llevan al borde del precipicio. Es posible que tuviese puntos de vista diferentes con mi jefe, pero eso es sano. Siempre he sido muy crítico y creo que es imprescindible tener a tu lado a alguien así para que te haga reflexionar sobre las decisiones que tomas.

¿Crees que está bien pagada la labor de los políticos?

Creo que debemos diferenciar entre políticos. Hay políticos que están bien remunerados y otros que, a mi modo de ver, no. No es de recibo que nuestro Presidente Fabra tenga un sueldo que, aunque ciertamente no sea extremadamente bajo, esté remunerado tan mal. Mi opinión es que llegará un momento en el que toda la gente válida se acabará yendo a la empresa privada si los sueldos siguen tan bajos, pues tener que aguantar ciertas cosas, dejar de tener vida (ya que la política de alto nivel requiere dejar tu vida de lado durante un tiempo) y, encima, que cualquier cosa que hagas puede provocarte un problema, va a provocar una fuga de talentos los cuales sería imprescindible no perder para que nuestros políticos sean siempre la élite.

¿Cómo interpretas la crispación de la ciudadanía con los políticos?

Creo que es lógico que los ciudadanos estén enfadados debido a la situación actual. Pero también considero que todo no es culpa de los políticos y que debemos pensar que cada uno de nosotros ha podido contribuir a que nos encontremos ante lo que lleva viniéndonos encima durante estos últimos años.

A todos nos gusta tener en nuestra puerta de casa una parada de metro, tener los mejores servicios, las mejores autovías, los mejores hospitales, las mejores fiestas, un polideportivo en cada barrio, parques y todo lo mejor de lo mejor. Todos hemos gastado pensando que el “boom” no iba a terminarse nunca y ahora nos damos cuenta de que esto no era sostenible. Creo que es momento de que dejemos de mirarnos al ombligo y contribuyamos a sacar a España de la crisis. Es obvio que se han tomado decisiones políticas desacertadas; pero todo el mundo se equivoca en algún momento de su vida, ¿no? Además, creo que es imprescindible que los políticos aprendan a comunicar mejor y a explicarle a la gente de la calle las cosas tal cual son. La sinceridad y la transparencia ayudarán a que el nivel de crispación disminuya.

¿Has recibido algún privilegio por tu trabajo como asesor?

Para mí el haber podido vivir esta experiencia ya ha sido todo un privilegio. He aprendido muchísimas cosas que de otra forma no habría podido aprender. Creo que ése es el único privilegio que he tenido. A cambio, he renunciado a muchísimas horas de mi vida personal y profesional. Por lo demás, creo que aguantar insultos, tergiversaciones, malas caras y rumores falsos, no es recibir privilegios; aunque creo que me ha ayudado a madurar y a volverme más solvente.

¿Crees que eres un privilegiado?

Desde luego. He podido compartir experiencias muy positivas también, he conocido a mucha gente que vale la pena, he disfrutado muchísimo y, además, me he visto remunerado por ello. ¿Qué más se puede pedir? Pero creo que es el momento en el que debo dar un paso más y centrarme en tener un respaldo y una trayectoria profesional paralela a la política.

¿En qué consiste tu proyecto de clínica dental?

Mi proyecto de clínica es un proyecto de vida. Es una forma de enfocar lo que espero de mí mismo y de mi modo de hacer las cosas. Es un objetivo, una ilusión, una trayectoria que respalde aquello en lo que luego quiera convertirme. Quiero dar el mejor servicio posible y buscar que mis pacientes salgan de la consulta con una sonrisa en la boca y contentos por haber acudido a mí y no a otro. La idea es ofrecer el mejor tratamiento posible y resolver los problemas y necesidades de la gente.

A su vez, pretendo no dejar de formarme nunca para poder ofrecer tratamientos novedosos como férulas para evitar el ronquido y la apnea del sueño, tratamientos estéticos y, por supuesto, tratamientos básicos que hagan la vida de los pacientes más fácil.

Por otra parte, el servicio público es algo que siempre me ha acompañado, y desde que empecé la carrera me he dedicado a hacer promoción y prevención de la salud bucodental en colegios, centros y demás lugares donde he podido. Y en este sentido pienso seguir trabajando, pues cuando el paciente nota que te preocupas por su salud, lo agradece y quiere volver a ser atendido por ti.

¿Cuántos políticos conoces que han hecho lo mismo que tú? Es decir, aquellos que no quieren perder la oportunidad de trabajar primero para luego servir a los demás.

La verdad es que hay de todo, pero creo que no todas las circunstancias son las mismas. Hay veces que hay oportunidades que te hacen ir más por una dirección que por otra. ¿Quién sabe si en otras circunstancias yo hubiese hecho lo mismo? Sería muy hipócrita por mi parte decir que hubiese abandonado la política si hubiese tenido algún reto de mucho más nivel en el cual me hubiese visto capaz de llevarlo a cabo sabiendo que quizá la oportunidad no se volvería a repetir si lo rechazase.

En cualquier caso, tengo muchos compañeros que tienen claro que formarse profesionalmente es básico para, en un futuro, poder desarrollar una actividad política con total libertad.

En algún momento pensé en compaginar una cosa y la otra, pero finalmente tomé la decisión de centrar todos mis esfuerzos en crecer profesionalmente y, si en un futuro se diese el caso, volver a la política sin ninguna atadura.

¿Qué opinión te merecen los políticos que llevan 20 años en el cargo pero jamás han trabajado en la empresa privada? ¿Estás de acuerdo? ¿Qué va a hacer tu partido al respecto?

Como ya he explicado, las circunstancias de cada uno son diferentes. Yo creo que todos debemos pasar por la actividad privada o pública habiendo desarrollado una profesión ya sea en una empresa o como funcionario de la administración. Creo que es básico conocer la realidad social para no distanciarnos de la gente y que no nos vean como personas preocupadas realmente por mejorar sus vidas y no por mejorar únicamente las nuestras.

En cuanto a lo de mi partido, todavía no soy el portavoz, así que creo que eso debería preguntárselo a quien corresponda. Pero, en cualquier caso, estoy convencido de que mi partido siempre animará a sus dirigentes a que no se distancien de la realidad social y del ciudadano de a pie.

¿Qué harías para mejorar la transparencia en el día a día de la gestión pública? ¿Y en los partidos?

Es muy difícil mejorar todavía más la transparencia en la gestión pública. Está todo muy controlado. La clave creo que está en seleccionar a las personas adecuadas para dirigir lo público. Estas personas, bajo mi punto de vista, deben tener un prestigio previo y una salida profesional al margen de la política. Depender únicamente de la política para vivir es un problema serio a la larga.

Creo que tenemos buenos gestores y que la transparencia está a la orden del día, pero seguro que podemos seguir trabajando para mejorar. También creo que por que algunos políticos no gestionen bien o se aprovechen de su posición, no quiere decir que todos lo hagan, y esto es algo que debemos transmitir a los ciudadanos.

En cuanto a los partidos, cada uno es un mundo diferente. Los militantes de cada partido deberían implicarse más y estar exigiendo sin miedo transparencia interna y controlando qué se hace con las cuotas que pagan. Quizá habría que revisar la ley de partidos para ver cómo se puede avanzar en la mejora de la transparencia de estos.

Un cargo, un sueldo, ¿estás conforme?

Sí y no. Lo que creo es que la acumulación de cargos lleva a que no des abasto y acabes por no hacer nada bien o delegando en todo. Creo en el trabajo bien hecho y en que cada uno tiene unas capacidades diferentes. Si hay gente que es capaz de hacer perfecto su trabajo y compaginarlo con otro, ¿por qué debe de cobrar solamente por uno de ellos? Otra cosa es que cobre por dos y haga la mitad. A eso en mi mundo se le llama tener mucha cara.

Los consellers son los que menos cobran de España. ¿Qué hacemos con algunos sueldos desproporcionados de alcaldes y concejales?

Primeramente, los sueldos de los consellers deberían subirse. Es incomprensible que un alcalde de una población relativamente baja cobre más que un conseller. A su vez, sería interesante plantear alguna reforma del sistema en la cual se regulasen los sueldos de alcaldes y concejales para evitar esos desfases incomprensibles que existen. Y quizá yo lo ampliaría también a los sueldos de cualquiera de las empresas públicas, no solamente a alcaldes y concejales.

¿Qué harías tú para que los cargos de confianza no acabaran en manos de miembros del partido sin formación que no asesoran y que acaban ahí como un premio de consolación porque no han sido elegidos?

Creo que un cargo de confianza es eso, de confianza. Es inevitable que si a uno le nombran, por ejemplo, conseller, se lleve a la gente con la que trabaja mejor. La clave no es buscar fórmula para que no se premie a quien lo único que ha hecho ha sido llenar actos y aplaudir, sino poner a dirigentes serios que tengan claro que deben rodearse de personas válidas que puedan ser útiles para que las decisiones que se tomen sean las correctas y que cada uno de los euros destinados a los sueldos de estos cargos de confianza se vean compensados con trabajo, dedicación, excelencia y transparencia.

Yo siempre he tenido esto en mente y por ello he buscado formarme al máximo. Sabía que me escucharía cosas como “¿qué hace un dentista ahí?”. La gente acude a la crítica fácil. Es por ello que empecé también a cursar la carrera de Ciencias Políticas y de la Administración y que cursé varios másteres, entre ellos el de gestión sanitaria. Quizá en un futuro empiece también derecho y algún MBA, por el gusto de aprender más y procurar ser más solvente para la tarea que se me requiera.